Higado grande en perros
Agrandamiento del hígado en perros mayores
Las hepatopatías caninas son un problema común en la práctica de la atención primaria; sin embargo, el diagnóstico de la enfermedad hepática puede ser difícil porque los perros a menudo muestran signos clínicos inespecíficos. Además, las anomalías de laboratorio inespecíficas pueden complicar aún más el diagnóstico, lo que puede dar lugar a un retraso en el tratamiento o a diagnósticos incorrectos.
El hígado tiene una enorme reserva funcional y una impresionante capacidad de regeneración tras una lesión hepática. Por ello, la disfunción hepática manifiesta no se desarrolla hasta que se pierde al menos entre el 70% y el 80% de su capacidad funcional. La mayoría de los signos clínicos son inespecíficos e incluyen letargo, anorexia, vómitos, diarrea y poliuria/polidipsia, que pueden aumentar y disminuir.
Los signos más específicos que podrían aumentar el índice de sospecha de disfunción hepática incluyen ictericia (Figura 1), ascitis o anomalías neurológicas compatibles con encefalopatía hepática. No es infrecuente que los perros con disfunción hepática documenten encefalopatía hepática poco después de una comida debido al aumento repentino del amoníaco sérico, lo que subraya la importancia de realizar una anamnesis exhaustiva al propietario.
Royal canin hepático
El hígado es un órgano importante con muchas funciones, como la digestión y conversión de nutrientes, la eliminación de sustancias tóxicas de la sangre y el almacenamiento de vitaminas y minerales. Dado que el hígado se encarga de eliminar tantas sustancias diferentes del organismo, es susceptible de sufrir daños de muy diversa procedencia. Un funcionamiento anormal del hígado tiene efectos rápidos y generalizados. Las enfermedades hepáticas provocan inflamación, conocida como hepatitis. Si no se trata, puede conducir a la pérdida de función, ya que las células hepáticas sanas son sustituidas por tejido cicatricial. Las enfermedades de otras partes del cuerpo también pueden afectar al funcionamiento del hígado.
Afortunadamente, la enfermedad hepática puede tratarse eficazmente y su progresión puede limitarse. Muchos perros viven felices años después del diagnóstico. Una nutrición adecuada y el diálogo continuo con su veterinario son fundamentales para controlar el trastorno hepático de su perro.
Los signos de la enfermedad hepática pueden ser muy similares a los de otras afecciones. Si observa alguno de los siguientes signos en su perro, póngase en contacto con su veterinario para que le realice un examen completo. Entre los síntomas a los que debe prestar atención se incluyen:
¿Cuáles son los signos de un perro con agrandamiento del hígado?
Si usted cree que su perro está mostrando signos de enfermedad hepática o si ya han sido diagnosticados por su veterinario, tenga la seguridad de que la enfermedad hepática en perros es común y, a menudo, altamente tratable. La detección precoz puede contribuir en gran medida a garantizar un final feliz y saludable para su mascota y prevenir la insuficiencia hepática en perros. La clave es estar atento a los primeros signos de alerta, aunque muchos perros con enfermedad hepática pueden no presentar ningún signo clínico perceptible, y seguir las recomendaciones de su veterinario. Siga leyendo para saber cómo cuidar del hígado de su mascota.
Los signos más frecuentes de enfermedad hepática en los perros son problemas gastrointestinales, como vómitos y diarrea, ictericia (cuando la piel, las encías y el blanco de los ojos tienen un aspecto amarillento), malestar general (sensación de malestar general y fatiga) y falta de apetito.
Para saber si su perro padece una enfermedad hepática, el veterinario examinará los resultados de los análisis de sangre y orina. Puede ser necesario realizar una radiografía, una ecografía, una tomografía computarizada y/o una resonancia magnética. A veces es necesario realizar una biopsia del hígado. La mayoría de los perros con enfermedad hepática presentan enzimas hepáticas elevadas, un hígado demasiado pequeño o demasiado grande y anomalías en el tejido hepático.
Cuándo practicar la eutanasia a un perro con insuficiencia hepática
La insuficiencia hepática es una enfermedad frecuente en los perros que puede provocar convulsiones, coma e incluso la muerte si no se trata. Es importante conocer los signos para poder proporcionar a su perro ayuda médica a tiempo, cuando el pronóstico puede ser mejor.
El hígado también tiene una gran capacidad de reserva, ya que todas sus células comparten las mismas capacidades. Si una parte del hígado deja de funcionar correctamente, otra puede tomar el relevo. Además, el hígado puede regenerar tejido con el tiempo y en las circunstancias adecuadas.
Existen dos tipos de afecciones hepáticas: crónicas y agudas. La hepatopatía crónica se produce gradualmente y puede estar causada por una enfermedad crónica como el cáncer o la diabetes. La insuficiencia hepática aguda aparece de repente y requiere atención médica inmediata. La intoxicación es una de las causas más frecuentes de insuficiencia hepática aguda.
La enfermedad hepática también puede deberse a enfermedades congénitas. Por ejemplo, razas como Yorkshire Terrier, Schnauzer, Golden Retriever, Labrador Retriever, Caniche y Pastor Alemán son propensas a la enfermedad por almacenamiento de cobre, en la que el cobre se acumula en el hígado y daña el órgano. Además, los cachorros pueden nacer con shunt hepático, una afección genética que afecta a la circulación de la sangre en el hígado.